Ilustracion de Palmeral, para el libro "Glosada de Candente horror de Juan Gil-Albert |
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NEGROS
Los siglos parados como
piedras lunares
110 han dormido la raza que entre nosotros reluce
como si pretendieran
recordarnos toda nuestra viscosa
serenidad de amos.
No
han podido relegar ese corazón de hombre
a un estadio de tortuga que fácilmente
nos soporte
para nuestras empresas.
Ese tiempo, para el cual nuestros diques son endebles
razones,
no sé lo que madura en
sus adentros cuando el cuerpo
vencido se alce,
y las
mareas retrasadas inicien al fin, su doble oscilación
interrumpida.
Otro humano refugio
hará suyas las tierras abrasadas
las porciones de hoy donde sólo se abrevan las
bestias,
cuando en sus ojos de silencio que el eucalipto aroma
se presiente un
jugo de cortezas endurecidas,
como una sospecha de nidos en los ramajes,
una
lenta y pesada ascensión de lo hondo
en cuyo extremo, es ese compañero que
sonríe inimitable
el que nos palpa un mundo donde nada existía.