Los tesoros del 27 en la Biblioteca de Altolaguirre
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La sobrina del poeta malagueño deja un importante legado a la Casa Museo de Federico García Lorca.
Rafael Alberti dedicó a Maya Altolaguirre un ejemplar de su Marinero en Tierra con
un dibujo de peces y barquitos de vela en colores verdes y rojos, tan
del gusto del poeta. Está fechado en Madrid, año 1977. Este libro
pertenece ahora al Museo Casa Natal de Federico García Lorca en Fuente
Vaqueros, después de que la sobrina de Manuel Altolaguirre legara su
biblioteca con más de 2.000 documentos al Patronato Federico García
Lorca de la Diputación de Granada.
Maya Altolaguirre, doctora en Filología Moderna y
profesora titular de la Universidad Complutense de Madrid, que falleció
el pasado febrero, dejó escrito en su testamento, fechado en 2004, que
su voluntad era dejar a la Casa Natal de Federico García Lorca el legado
de su biblioteca personal. Una biblioteca reunida durante toda su vida y
muy centrada en la Generación del 27 donde se encuentran primeros
ejemplares, fotografías y documentos.
"Recibimos este tesoro con satisfacción, lo cuidaremos
con cariño", subrayó el presidente de la Diputación, José Entrena
durante la presentación del legado que incluye documentos excepcionales
como la colección de cartas que Jorge Guillén escribió junto con algunos
textos autógrafos del poeta, poemas y fotografías de Vicente
Aleixandre, Dámaso Alonso o Gil-Albert.
"Es un material con un enorme valor documental e
histórico que se incorpora ahora al Patronato Lorca y a su Museo-Casa
Natal", apuntó Entrena, quien recordó "la figura imprescindible" de
Alfonso Alcalá, director del Patronato Lorca. "Nos dejó hace pocas
semanas de forma inesperada, y me consta que estaba muy ilusionado por
esta presentación y por dar a conocer la importancia del legado de
Altolaguirre".
Por su parte, la diputada de Cultura y Memoria
Histórica y Democrática, Fátima Gómez, recordó que Maya Altolaguirre
fue una "infatigable investigadora" de la Generación del 27 y de
Cervantes.
No solamente puso en marcha y presidió la Fundación
Generación del 27 de Madrid en 1996 sino que mantuvo una gran amistad
con todos los autores supervivientes del grupo poético como Jorge
Guillén, Dámaso Alonso y su esposa Eulalia Galvarriato, Concha Méndez o
Rosa Chacel. Fruto de estas amistades, se conservan en su biblioteca
personal ejemplares con dedicatorias personales.
Todo este material compuesto por estudios críticos,
antologías, obras completas, revistas,
correspondencia, autógrafos,
fotografías, apuntes personales y un número significativo de primeras
ediciones está empezando a clasificarse y ordenarse, para ponerlo a
disposición de los investigadores.
Destacan, por su singularidad, los ejemplares que
salieron de las diferentes imprentas que tuvo su tío Manuel
Altolaguirre. La primera edición de Jacinta la Pelirroja o Pruebas de Nueva York de
José Moreno Villa, de la mítica Imprenta Sur de Málaga, aventura que
Altolaguirre compartió a partir del verano de 1925 con Emilio Prados. La
serie de cuadernos que bajo el título Poesía empezó a editar a
principio de los años treinta y donde recogía breves antologías de
poetas clásicos (San Juan de la Cruz, Lope de Vega, Fray Luis de León), y
de contemporáneos como Pedro Salinas, Jorge Guillén Moreno Villa,
además de su propia obra poética.
Son importantes los que se conservan de su etapa de París, Londres y Madrid como Caballo verde para la poesía,
revista dirigida por Pablo Neruda (de la que se conserva el número 1,
de octubre 1935). Hay muchos ejemplos de la producción posterior a la
guerra durante su exilio en Cuba y después en México: ejemplares de La Verónica, imprenta de donde salieron entre otros los títulos de la colección El ciervo herido, en 1939; y en mayor número los de su etapa mexicana de Ediciones Rueca, Isla, Polis, etc.
También conservó Maya Altolaguirre documentos
relacionados con la faceta de productor y director cinematográfico de su
tío, algunos relativos a los trámites que hizo la familia para que
llegaran las copias de la película El cantar de los cantares a
España a final de los años cincuenta y se pudiera proyectar, además de
algunas copias de sus guiones, fotografías, prensa y programas de sus
películas.
La relación de Maya Altolaguirre con el Patronato
Federico García Lorca se remonta a los años noventa cuando su primer
director, Juan de Loxa, colaboró con ella en diversos proyectos, como la
exposición Voces del 98 o la dedicada en 2004 a Manuel Altolaguirre, Concha Méndez y los poetas impresores.
La sobrina de Manuel Altolaguirre visitó Fuente
Vaqueros varias veces y fue benefactora ya en vida de este museo. Hizo
entrega de más de 1.500 volúmenes de su biblioteca en 2003 y después
realizó una segunda entrega en 2005. Junto a libros y revistas donó
algunas piezas excepcionales como un cuaderno con autógrafos del poeta
Luis Cernuda, con poemas fechados en Valencia en año 1937 y un programa
original de la representación de Mariana Pineda en Valencia
(1937), uno de los primeros homenajes que se hicieron a Lorca tras su
asesinato, bajo la dirección de Altolaguirre y con la participación del
propio Cernuda.
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Manuel Altolaguierre fue amigo personal de Juna Gil-Albert